top of page

¿Cuánto guardar un vino? La pregunta del millón.

Cuando me inicie en el mundo del vino, tenía esa duda. Con el tiempo aprendí que la pregunta correcta es ¿cuánto estoy dispuesta a esperar? En verdad, somos pocos los que compramos vinos con la idea de disfrutarlos luego de muchos años.

Un poco de historia

En la Europa moderna asistimos a un crecimiento significativo del consumo de alcohol. Surgen los destilados como el brandy (a base de uva), también el whisky, el gin o el vodka. Estas bebidas altas en alcohol y más longevas, eran elegidas por los sectores populares o en las regiones donde, por clima, no crecía la vid.

Por otro lado, las clases altas buscaban una bebida diferente de calidad superior. Era la época de la revolución industrial, cuando mejoró la calidad del vidrio y las botellas y los medios de transporte fueron más eficientes.

 

Los comerciantes ingleses de vino instalados en Burdeos, vieron que, un vino puesto en barrica podía mejorar todos sus atributos y, en consecuencia, incrementar su valor.

 

De modo que, la crianza en barricas y la guarda en botella antes de salir a la venta, fue un aporte de los comerciantes más que del viticultor, quien deseaba vender el vino cuanto antes para recuperar sus costos y afrontar la nueva vendimia. Un concepto mercantilista, de plusvalía.

 

Luego, el concepto “vino de guarda”, se generalizó y se aplicó, a todos los vinos, lo que es un error.


 

Conservar y guardar

Una diferencia sencilla pero muy útil.

Conservar es, simplemente, mantener los atributos sensoriales del vino en un período de tiempo dentro del cual debería consumirse. 

Guardar es más que conservar, es potenciar o exaltar las propiedades sensoriales del vino en el tiempo.

 

Hay una gran mayoría de vinos destinados a ser consumidos cuando salen al mercado. Son deliciosos en su juventud y dentro de los 2 a 5 años desde su cosecha, aproximadamente. En este sentido, los vinos blancos y rosados se beben más jovenes que los tintos.

 


Y nos queda una minoría de vinos que, si bien pueden beberse cuando salen al mercado, también pueden ser guardados para seguir evolucionando, ya que por su concentración, su nivel de acidez y su carga tánica – si son tintos -, tiene la capacidad de alcanzar más complejidad. Deberíamos pensar en el segmento de alta gama de una bodega.

 


Aún así, cada botella es un mundo, y a cada paladar esa botella le puede saber diferente. Hay quienes prefieren vinos con la expresión frutal, la consistencia y la potencia de los taninos, los aromas nítidos del roble; en cambio otros, prefieren esperar unos cuantos años, para disfrutar de la complejidad aromática, la suavidad en boca y la reminiscencia sutil de la barrica. Es simplemente, cuestión de gustos.

 

Pero recuerden, todos los vinos salen al mercado para ser bebidas. Algunos se expresan fantásticos en su juventud; otros si los esperamos, nos iran revelando distintas facetas o dimensiones.

Mi mejor consejo, comprar una caja de un vino de alta gama, e ir disfrutando una botella cada cumpleaños o aniversario. Es un buen ejercicio para descubrir la evolución de un vino.

Comments


Suscribite a mi Newsletter y recibí tu primer curso gratis

¡Gracias!

  • Facebook
  • Instagram
  • Twitter
  • Pinterest
bottom of page